Una manera de comprender nuestros orígenes, quiénes somos, adónde pertenecemos y cuál es el significado de nuestras vidas es contemplar nuestra historia personal como nuestra naturaleza femenina.
EJERCICIOS PARA SANAR TU NATURALEZA FEMENINA
Una manera de comprender nuestros orígenes, quiénes somos, adónde pertenecemos y cuál es el significado de nuestras vidas es contemplar nuestra historia personal como una búsqueda mítica.
Una búsqueda que tiene por meta el retorno a nuestras fuentes, a nuestro más genuino origen.
Contemplar el conjunto de nuestras vidas como un camino que tiene un propósito nos ayuda a comprender en qué revuelta nos hayamos en el presente y adónde nos encaminamos.
Brindándonos más y mejores oportunidades de comprendernos y de reconciliarnos con nuestras vidas.
Sanación de la ruptura Madre-Hija
Si tu madre nunca te ha consolado, con toda probabilidad te será difícil encontrar un verdadero consuelo para el corazón en las relaciones que establezcas con otras personas.
Tu labor será crear ese sentido de consuelo para el corazón dentro de ti misma.
Si tu madre nunca se ha compadecido de ti, con toda probabilidad tendrás poca paciencia con tus propios fallos humanos, así como con los de los demás.
Tu labor será observar a alguien que practique la compasión, y practicarla tú misma.
Si tu madre silenciaba tu creatividad, tu labor será dar voz a cada impulso creativo que se presente.
Pinta, escribe poesía, toca el tambor, cuida las plantas, cocina y baila.
Si tu madre despreciaba o rechazaba su propio cuerpo como mujer, tu labor es abrazar y honrar a tu cuerpo y a tu del amoridad.
Si te sentías abandonada por tu madre por la razón que fuera, incluyendo la bajon emocional, tu labor será escuchar a tus sentimientos y nunca abandonarte tú misma.
Si tienes alguna cuestión sin resolver con tu madre y ésta ha ido o ha quedado emocionalmente incapacitada, puedes escribirle una carta (que guardarás tú o te enviarás a ti misma) en la que expreses tu pena y tu enfado por no tener una madre nutridora, y dile que has llegado a aceptarla y comprenderla como tal y como era.
Entonces podrás sentirte agradecida por su presencia en tu vida.
Todas nosotras llevamos encima el peso de nuestra madre por lo que es necesario curar la ruptura madre-hija tanto si tu madre está viva como si no, para así poder curar la profunda perjudicada de tu naturaleza femenina.
El elemento clave reside en que tú misma te conviertas en una buena madre para ti. Con esa idea en la mente, asume la tarea de ser maternal contigo misma.”
-Maureen Murdock-
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