En el post de hoy os traemos la visión de una mujer indígena sobre el gran papel que desarrolla la mujer en esa etapa de su vida, mostrándonos como la menopausia es nuestra posada, la de todas las Almas que habitamos este hermoso planeta.
Soy Mujer Tierra, enraizada profundamente en este suelo; soy Mujer Espíritu, portadora del Gran Misterio. Hoy vengo a hablarles de la Posada de la Abuela (menopausia) a aquéllas que ya estén allí y a todas las que conocen su función.
Mujeres, despierten y vean, pues se aproximan a esta posada.
Hombres, despierten y escuchen, pues éstas son sus mayores, guardianas de la Ley Altísima.
La Posada de la Abuela es la etapa de las mujeres de cabello blanco (sabiduría) que ya han sobrepasado el tiempo de dar el poder de su sangre y ahora la retienen como energía para sostener la Ley.
Cuando elegimos rodearnos de un cuerpo terrenal, también aceptamos su responsabilidad, un don para ser compartido. Al elegir un cuerpo femenino, aceptamos la posibilidad de nutrir y renovar todas las cosas. Nuestra herramienta es la ley única del Creador:
“Estarás en buenas relaciones con todas las cosas y con todos los seres en la gran rueda de la vida”.
La Ley de las Buenas Relaciones, don del Creador a las mujeres, es un conocimiento innato que abarca todos los aspectos de las relaciones.
Despierta, se desarrolla y profundiza en contacto con quienes, en nuestra sociedad, la modelan.
Nuestro deber es compartir las comprensiones profundas con nuestros hermanos y familias, de modo que la armonía y la paz reinen entre nosotros.
Cuando nuestras mayores atraviesan el umbral de la Posada de las Abuelas se convierten en cuidadoras de la Ley.
Su atención ya no se consume en la creación de sus propias familias. En este sentido, no tienen hijos y, según nuestras costumbres, quienes no son padre o madre de ningún hijo en particular, son padre y madre de todo hijo.
Su atención se vuelve hacia los hijos de Todas Nuestras Relaciones: sus propias criaturas, las de sus amistades, clan o etnia, y las criaturas de todas las ruedas de la vida.
Nuestra relación con el gran círculo de la vida recae en sus manos.
Ellas deben ejercer su responsabilidad modelando, enseñando y compartiendo la vivencia de dicha ley en la vida de todos los días, de modo que todos alcancen el equilibrio.
En términos prácticos, para las mujeres esto significa lo siguiente: al cruzar la menopausia, se abre la oportunidad de experimentarse a sí misma de una manera renovada y profundamente poderosa.
Al dejar atrás el desconcierto y el temor generados por presión cultural y al abrirse a la verdad que mora en su interior, la mujer encuentra un desafío increíble.
Le es posible sentarse en consejo y usar el poder de la sangre ahora retenida para crear un mundo armonioso a su alrededor.
La sangre de luna (menstrual) de la mujer se halla entre las substancias más nutrientes y bio-energetizantes de la Tierra. Puesta sobre una planta, ésta se nutre en profundidad.
Abuelas: quizás no sean conscientes de la profunda responsabilidad que ahora asumen; de saberlo, hubieran tenido la oportunidad consciente de aprender y profundizar en vosotras mismas y en la buena relación durante sus vidas.
Mujeres jóvenes que ahora leen esto, vosotras podéis ser conscientes y elegir aprender y crecer de este modo, para estar listas cuando os toque entrar a la Posada de la Abuela.
Muchas tribus y etnias recuerdan la primacía de la Ley de Buenas Relaciones y en ellas los consejos de Abuelas gozan de la más alta autoridad.
Se hacían cargo seriamente de nutrir y renovar al pueblo y actuaban en concordancia.
Hoy en día, las Mujeres Búfalo nos piden que asumamos el papel que quedó vacante.
Cuando observo el mundo que nos rodea, veo que todos y cada uno de los problemas que enfrentamos son problemas de relación, sea con los árboles de las selvas tropicales, con otros pueblos, dentro de nuestros sistemas familiares disfuncionales o en la alienación de unos con otros y con la naturaleza.
Despierta el deseo de relacionarnos con nosotras mismas como co-creadoras con Todo Lo Que Existe. Sobre estos temas se nos pide explayarnos y encarar acciones espirituales.
La Posada de la Abuela abarca todas las mujeres post-menopáusicas.
Al comenzar a reunirse con otras se hace necesario descubrir intereses comunes, capacidades individuales y metas.
Parte del tiempo juntas puede emplearse en aprendizaje y comprensión, en reuniones para compartir capacidades para meditar y escuchar las Grandes Voces Internas, para caminar sobre la Tierra o para fortalecer y tonificar el cuerpo.
Con frecuencia se me pregunta por quienes han experimentado amenorrea, menopausia temprana 0 histerectomías.
Lo primero que les digo es que el ritmo actividad/receptividad, acción terrena/Gran Misterio, que es el ciclo natural en sincronía con la Abuela luna, todavía resuena en las aguas de sus cuerpos, aunque no vaya acompañado de sangre externa.
Profundizar la vivencia de los ciclos lunares dentro de vosotras, ya que resulta de suma importancia para cada una y para Todas Sus Relaciones, a fin de atravesar el velo durante la sangre, ir hacia el Gran Misterio y traer visión para el pueblo.
Por otra parte, muchas de nosotras, sin experimentarnos todavía como ancianas, somos flamadas a la Posada de la Abuela. Hay una necesidad urgente de despertar esta función entre las mujeres, debida al derrumbe de las culturas aborígenes y al abandono de las costumbres femeninas.
Finalmente, me referiré el rito de pasaje de la Posada de la Abuela. Aquellas que estén cerca de una mujer que cruza el umbral, deben honrarla y manifestarle apoyo en este tiempo de responsabilidad grande. Ayudarla a conectarse con su propia fuente de fuerza y sabiduría. Quienes la conocen, saben qué aspectos son su fuerte.
Recordar: la Madre Tierra, la Abuela Luna y el Padre Espíritu viven dentro de cada una de vosotras. Sumergiros profundamente en vuestra verdadera naturaleza y extraed de allí la belleza.
Brooke Medicine Eagle (Águila Medicinal), aborigen de América del Norte,
Yo tome mi menopausia con total naturalidad
Muy espiritual y bello!!. ?