Algunos investigadores que intentan comprender cómo y por qué le dan por cambiar las conductas de las personas idearon un modelo de estudio, flamado modelo Transteórico del cambio. Este modelo proclama que las personas pasamos por distintas fases de cambio:
– Precontemplación: en esta etapa la persona no es consciente de tener un problema. Es frecuente que haya mecanismos de defensa como la negación o la racionalización. En nuestro ejemplo sería la etapa en que la persona cree que la insatisfacción que siente no tiene que ver con su vida profesional.
-Contemplación : Un importante avance. Ya se sabe que tiene un problema, ya se es consciente de él. Sin embargo, aunque lo considera también rechaza el cambio.
– Preparación: ya se ha tomado la decisión de cambiar y se empiezan a dar algunos pequeños pasos. Se trabaja en los pasos a seguir.
– Acción: Aquí ya está decidido a cambiar y da los pasos necesarios en esa dirección.
– Mantenimiento: En esta fase ya se ha producido el cambio. La nueva conducta está instaurada.
– Terminación: Cuando se trata de un hábito se dice que éste ya es sólido y es difícil abandonarlo, pues ya forma parte de nuestra vida.
Así que, por ejemplo cuando a uno no le gusta su trabajo y desea cambiar el rumbo de su vida laboral. Un primer paso es darse cuenta de ello. La contemplación es una de las etapas más delicadas, pues darse cuenta de que se tiene un problema no es demasiado difícil pero tomar la decisión de hacer algo para cambiarlo requiere de un esfuerzo considerable. Y es en este punto dónde la mayoría de la gente se detiene. Muchas personas saben que deberían dejar de fumar, o comer mejor, o hacer más ejercicio, o ahorrar más, o tomarse las cosas con más calma, etc. Pero no son tantas las que se ponen manos a la obra. No exagero si digo que la contemplación en algunos temas puede durar toda la vida y en el camino realizaremos maniobras disuasorias y huidas hacia adelante para no tener que encarar el verdadero problema.
Visto esto, quedará claro que el objetivo en muchas ocasiones va a ser desencallarse y pasar de etapa. Conseguir la motivación que se requiere para progresar hacia la etapa de planificación y dejar de arrastrar el problema como un lastre. Y si no lo consigues, pide ayuda. Y si eso te asusta y te dan ganas de ir hacia la etapa anterior y negar el problema, hazte la pregunta: ¿cómo estaré dentro de cinco años si no hago nada?
No se puede abrir el enlace 🙁
No se puede abrir…
Agustina Jiménez ver…..