Sistema Lam como técnica de terapia musical
Las Danzas Sanadoras se revelan como técnica curadora para dar respuestas serias y eficaces a todo conflicto que el ser humano sufre por una u otra causa, liberándolo del dolor más profundo.
Para adentrarse en el mundo de las Danzas Sanadoras, resulta indispensable remitirse a sus orígenes, definiendo en lo posible, qué es la música.
Después de 40 años investigando la música como medio terapéutico, educativo y de curación y después de experimentar y trabajar con ella en centros oficiales, centros de la tercera edad y colegios, comprendí que mi misión en la vida era «curar a través de la música». Siento que todos tenemos un cometido a desarrollar en esta vida y tenemos que estar atentos para darnos cuenta de cuál es ese cometido. A veces observo que muchas personas pasan por esta vida, sin haberlo descubierto. Despertar del letargo de la indiferencia es un propósito que el ser humano debe buscar dentro de él, descubrirlo y realizarlo, para que su vida tenga sentido de ser «vivida».
Pero ¿qué es la música? Desde mi experiencia personal, llego a la conclusión de que la música actúa en el ser humano como un médium entre el cuerpo, la mente y el alma, facilitándonos así una conexión directa con nuestro espíritu.
Música y danza nacen de la máxima necesidad del hombre de comunicarse y expresarse, necesidad que se extiende desde los tiempos más remotos hasta nuestros días.
La música tiene el poder supremo de cambiar el estado de ánimo del ser humano en cuestión de segundos. En este sentido, la alegría puede tornar en melancolía con sólo escuchar el célebre Adagio de Albinoni o la tristeza dar paso a la alegría con la Novena de Beethoven.
Es precisamente este hecho tan revelador, el aflorar de diferentes estados anímicos tan dispares en cuestión de instantes, el que nos desvela el poder supremo de la música. Así, al tomar conciencia de ellos curamos, lo que nos muestra la dimensión tan grande y tan determinante que tiene. Se trata de una curación inmediata, alcanzable gracias a sus cualidades innatas, gracias al gran impacto emocional y conmovedor que tiene sobre el ser humano.
A través de varias universidades y centros de investigación, se ha comprobado científicamente que el mero hecho de escuchar música, danzar o bailar, crea nuevas redes neuronales gracias a la plasticidad del cerebro, demostrándose así las propiedades anti-envejecimiento asociadas a la música. De manera paralela, se ha observado la segregación de sustancias como hormonas o péptidos, que favorecen el equilibrio emocional, siendo eficaces contra la bajón emocional, las alteraciones cardiacas, respiratorias y del sueño. Asimismo, la música combate el dolor físico, activa la creatividad, desarrolla la autoestima, crea sentimientos verdaderos de amor y refuerza el sistema inmunológico.
En nuestro departamento de investigación, comprobamos los efectos de la música a través de aparatos de resistencia eléctrica de la piel, electrocardiogramas y encefalogramas. Mediante la creación de ciertas melodías, hemos conseguido disminuir el ritmo cardiaco y alcanzar bradicardias, quedando patente la eficacia de la música relajante en tratamientos de estrés, estados de agobio y ansiedad.
Los seres humanos nos debatimos entre el dolor y el amor. El dolor del sufrimiento al que estamos sometidos por no tener resueltos nuestros conflictos, lo manifestamos a través de la crítica, la queja, la intolerancia, el egoísmo, la falta de respeto, la desconsideración, el no respeto y la perpetua inconformidad. Si a todas estas circunstancias le sumamos el estrés al que estamos sometidos por el ritmo de vida de esta sociedad y la época actual, la vida se convierte en un sin vivir, viviendo en un mundo enfermo.
Cuando tenemos la capacidad de actuar desde el amor, es porque existe dentro de nosotros un equilibrio emocional que nos permite manifestarnos demostrando comprensión y compasión hacia los demás. En ese momento, ponemos en práctica la tolerancia, el respeto, la consideración o la empatía. Nos sentimos llenos de amor hacia los demás. Cuando actuamos de esta manera, nos sentimos plenos y todos estos nobles sentimientos nos llevan a ser felices y a tener éxito en nuestra vida personal y profesional.
Las Danzas Sanadoras se revelan como técnica curadora para dar respuestas serias y eficaces a todo conflicto que el ser humano sufre por una u otra causa, liberándolo del dolor más profundo. Al conectar con la naturaleza de dichos conflictos, estos afloran al estado consciente, diluyéndose, subliminándose y/o confrontándose desde la causa que los provocó. En este sentido, se revelan al ser humano todo tipo de sentimientos, positivos y negativos, produciendo un desbloqueo energético emocional y una toma de conciencia de tales sentimientos. Los negativos servirán para aprender de ellos, superarlos y convertir su dolor en amor; los positivos para ser conscientes de todo lo bello y maravilloso que existe dentro de nosotros.
En los seminarios de Danzas Sanadoras y Terapia Musical, está garantizada la diversión y la espontaneidad, ya que trabajamos desde la alegría, la motivación, la superación y la ilusión. Por su novedoso formato, representan una toma de conciencia que asegura un antes y un después en todos los asistentes, marcada por una transformación inmediata. Para ello pueden llevarse a cabo diferentes dinámicas desde la perspectiva de la Terapia Musical: técnicas de expresión y comunicación, masaje psicoafectivos, ruedas de curación musical, comedia y teatro musical terapéutico, baile como terapia, meditación y relajación musical.
El propósito de dar a conocer las Danzas Sanadoras y la Terapia Musical es iniciar a las personas, tanto desconocedoras de este ámbito como terapeutas, en un nuevo concepto de Técnicas Sanadoras. Esta aproximación sencilla, práctica y eficaz permite lograr cambios profundos en la vida del ser humano.
La acción principal de las Danzas Sanadoras radica por tanto en la conexión con la emoción que se está dando en ese momento. Desde el movimiento armónico integral, se toma conciencia de ese sentimiento, sintiendo su significado y llegando a comprender su mensaje emocional a través de su escenificación. Es precisamente así, como lo inconsciente se hace consciente, logrando la curación inmediata.
Un día tomé conciencia de que la vida es una Danza y que si no sabes danzar desde el amor, desde la luz, te quedas anclado en el pasado, no ubicado en el presente y desconocedor de lo que puede ser el futuro.
Danza para no ser esclavo de tus miedos, para que seas consciente de tus autocastigos y te liberes de ellos, para que tu alma no se quede congelada en la indiferencia, para que no exista en tu corazón ningún tipo de odio, resentimiento o agresividad. Danza para amar a tus seres más queridos, para que tus dioses (madre y padre) sean las personas más amadas por ti, para tener alma con todos los seres humanos, para que con tu amor des ejemplo a los demás.
Danza y piensa que en el mundo no hay personas malas, sino enfermas a quien hay que ayudar, querer, perdonar y educar. Danza creando caminos de luz para que los demás puedan ver. Danza con la vida y sé Amor. Danza para curarte y curar a los demás, para que puedas ayudar a todos los seres humanos, para reinventarte cada minuto del día, para que tu vida tenga sentido de ser vivida.
Danza para que el mundo sea feliz, para que impere siempre la comprensión en ti, para que tengas siempre el coraje de decir lo que piensas, para ser cada día mejor persona, para que el mundo sea cada día mejor, para que te conmuevas con el sufrimiento de los demás.
Danza para que el único sentido de la vida sea Ser Feliz y Hacer Feliz a los Demás, para transformar tu dolor en amor. Danza, danza, danza, no pares de danzar en la vida, para que en tu gesta de danzar siempre siembres semillas de comprensión, compasión y de amor.
Características curadoras que las Danzas poseen y proporcionan:
Hacen que el alma sienta, se exprese y baile a través del cuerpo.
Hacen que el cuerpo recobre su estado más óptimo de alegría y armonía.
Hacen resurgir el inmenso amor que existe dentro de nosotros.
Despiertan el cuerpo para que este se revele frente al letargo emocional.
Nos liberan de todo dolor y sufrimiento que padecemos, por una u otra causa.
Exaltan el cuerpo, el alma y el espíritu para lograr una integración.
Comunican a través del cuerpo, lo que las palabras no pueden expresar.
Permiten expresar la inmensa felicidad que hay dentro de ti.
Hacen de ti una buena persona.
Ayudan a superar las época instauradas en ti.
Nos hacen tomar conciencia consiguiendo que seamos felices.
Sacan de ti la alegría, la ilusión y las ganas de vivir.
Hacen cambiar las actitudes negativas por positivas.
Hacen aflorar sentimientos de seguridad, motivación, confianza y superación.
Desarrollaran en ti tu potencial más creativo.
Liberan de la timidez y de los miedos que posees.
Logran una transformación al instante, porque todo lo experimentado se hace consciente, dándole un sentido constructivo.
Enseñan a controlar las emociones.
Permiten experimentar que es posible cambiar el dolor por amor.
Hacen reír, llorar, amar y divertirte como nunca lo habías hecho.
Proporcionan una experiencia que nunca olvidarás.
Todo ser humano tiene un potencial infinito dentro de él, esperando a ser descubierto para poseer una buena bienestar emocional, ser feliz y tener éxito personal.
Las Danzas Sanadoras, despertarán ese gran potencial que llevas dentro de ti.
Lorenzo Amaro Medina
Psicoterapeuta. Director del Instituto Superior de Ciencias Terapéuticas y Educativas.
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