En la vida caemos y nos levantamos una y otra vez, forma parte de un ciclo, pero qué fácil es caer y que duro resulta levantarse… Y sin embargo, siempre nos levantamos, nos cueste más o menos, forma parte de nuestra grandeza, de nuestros recursos personales. En este post queremos compartir 5 poderosas frases para venirte arriba en esos momentos, para que levantarte sea más rápido, más eficaz.
Los momentos de dificultad flaman a nuestra puerta sin que los esperemos y, más aún, sin que ninguno de nosotros estemos verdaderamente preparados para hacerles frente.
La adversidad tiene muchas formas. Tantas que, en ocasiones, no basta ni siquiera con contar con el mejor apoyo o con haber leído múltiples libros de autoayuda.
Los momentos de oscuridad requieren ante todo de una adecuada preparación interior donde poner en práctica recursos propios, resiliencia y una buena gestión emocional.
A pesar de que en muchas ocasiones hayas oído aquello de que “las dificultades preparan a las personas comunes para que encuentren destinos extraordinarios”, la realidad nos dice que muchas veces lo único que buscamos es simplemente “sentirnos bien, sentirnos un poco mejor”.
La vida te traerá en su momento esos destinos extraordinarios pero, cuando te sientas desfallecer, cuando te abracen los momentos de dificultad, no dudes en decirte a ti mismo estas frases.
1. Tengo derecho a llorar, pero también a volver a sonreír
El desahogo emocional es imprescindible para pasar un duelo, para asumir un fracaso, un error, una dificultad. Jamás lo contengas ni te avergüences por sentirte abatido y falto de fuerzas.
Ahora bien, este estado y esa necesidad respetable de “abrazar a nuestros demonios” no debe extenderse en el tiempo. No debe ser algo permanente.
Llorar y desentrañar nuestras tristezas tiene un fin muy claro: ayudarnos a aceptar lo ocurrido para seguir adelante, para, más tatempera, propiciar el cambio. Mereces volver a sonreír.
2. La persona que mejor puede ayudarme en momentos de dificultad soy yo mismo
Puedes tener buenos amigos, una pareja excepcional y una familia afectuosa que se preocupa por ti. Ahora bien, quienes debemos ser capaces de hacer frente a esos momentos de dificultad somos nosotros mismos.
Sin voluntad, sin energía, sin ilusión, es muy complicado que podamos salir de esa sala de oscuridad que ahora nos envuelve. Escucha a quienes te rodean, déjate ayudar, atiende pero, más tatempera, pon tú en marcha los mecanismos para avanzar.
3. No puedes elegir las circunstancias, pero sí tus pensamientos para hacerles frente
Hay cosas que no se pueden evitar: una pérdida, una enfermedad, una ausencia, una relación que hemos de dar por finalizada a pesar de los esfuerzos…
Ninguno de nosotros podemos controlar al 100% esas circunstancias complicadas que de vez en cuando, la vida se encarga de traernos. En cambio, sí que somos responsables de nuestros pensamientos.
Un “no puedo” nos inmoviliza por completo y nos trae unas emociones igual de negativas. Ahora bien, con un “yo voy a poder con esto” esa emocionalidad cambia por completo y encontramos fuerzas renovadas.
Vale la pena tenerlo en cuenta.
4. La vida está más allá de la línea del miedo
En momentos de dificultad sentimos que la adversidad ha cruzado los muros de nuestra zona de confort y nos aprisiona con sus dedos alargados. Nuestra calma y lo que antes dábamos por sentado se está derrumbando.
Debemos cruzar ese miedo, debes poner un paso más allá de esa línea.
Si te da miedo pensar qué va a ser ahora de ti tras esa pérdida, cruza ese muro, aceptando primero lo ocurrido y, después, recordándote que la vida debe seguir y tú con ella. Avanza.
Si te sientes amenazado si tienes miedo a quedarte solo, racionaliza esos miedos y recuerda la frase anterior: quien mejor puede ayudarte eres tú mismo. Obtén fuerzas de tu corazón.
5. Debo cultivar la paz y el equilibrio interior cada día a día
Cuidas de tu alimentación, tu peso, vas al médico para realizarte chequeos rutinarios. Cuidas de los tuyos cada día y, seguramente, llegas casi sin fuerzas a la cama.
Ahora hazte esta pregunta: ¿cuándo fue la última vez que atendiste tus emociones, tus necesidades, tu paz interior?
Este tipo de ejercicio se lleva a cabo cada día. Si priorizamos a los demás nos descuidaremos a nosotros mismos algún día.
Si centramos nuestros esfuerzos en “cosas”, en acumularlas o conseguirlas, perderemos el sentido de lo que es auténtico: nuestra felicidad, nuestra integridad.
Cuando llegan los momentos de dificultad debemos estar preparados, y nada mejor que cultivar nuestra paz cada día, fortaleciendo la autoestima, el autoconcepto.
Entendiendo, ante todo, que la vida fluye, que la vida cambia a cada instante. Lo queramos o no, debemos formar parte de este movimiento vital.
Para concluir, puesto que ninguno de nosotros podemos prever en qué momento pueden acontecer esos instantes complicados que siempre nos ponen a prueba, lo esencial es poner en marcha los siempre efectivos mecanismos de la resiliencia.
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MUY BUENO.
excelente…
Gracias.
Excelentes artículos y hermosas fotos …estoy feliz. Leer artículos así gracias mil
Està maravilloso Gracias
Se saca fuerzas de donde ya no hay pero uno se levanta con mas ganas te vees sola y derrotada y eso te hace salir adelante sin victimizarte todo lo contrario es salir adelante y mostrar que uno puede de la flaquesa y dolor salen las fuezas y ganas de seguir trabajando
Excelente! Me gustó mucho
Jorge Casillaz
Janeth Alejandra Alvarez Macias
Edith Macias
Gracias gracias gracias ॐ