EL GRAN FRÍO

el Gran Frío

Escrito por Fatima

23/01/2016

El pasado 20 de enero empezó el último de los 24 ciclos del calendario Chino. En este ciclo, el Gran Frío, coincide con la parte más fría del año y las señales del final de invierno. Durante las dos próximas semanas la naturaleza mostrará su cara más fría y, después, despacio, la temperatura se estabilizará y gradualmente se incrementará hasta que empiece la primavera.

Durante este ciclo debemos aprender cómo son los finales, que todo acaba, que todos los ciclos se cierran. Debemos aprender a «dejar ir» las cosas.

Imagínate a ti mismo trabajando con pesas. Levantas quince Kg. Fácil, sin problemas. Treinta Kg. Es más difícil pero puedes conseguirlo. Cincuenta kg. Te cuesta, te esfuerzas, lo intentas con todas tus fuerzas y finalmente ¡lo consigues!. ¿Qué tal si pruebas con quinientos kilos? De ninguna manera. La palabra que viene a tu mente es «imposible».

Algunos retos son difíciles pero posibles mientras que otros son claramente imposibles, como levantar una tonelada cuando apenas puedes con cincuenta kilos.

Los retos difíciles pueden superarse con perseverancia y trabajo duro, pero las situaciones imposibles no se van a resolver, no importa cuánto lo intentes. Así que ¿qué deberías hacer cuando te enfrentas a lo imposible? Darte cuenta de que has alcanzado el final. Deja de intentarlo. Déjalo ir. Vete.

Intenta esto: estira el brazo apoyándote de lado en una pared con el dorso de la mano. Apóyate en la mano durante unos treinta segundos. Cuando hayan pasado estos treinta segundos empuja la pared con todas tus fuerzas y después déjala ir. Tu brazo se sentirá muy ligero y se levantará prácticamente sin esfuerzo.

Durante el Gran Frío es el momento de identificar esos muros inamovibles de tu vida contra los que estás siempre trabajando y dejar de hacerlo. El tiempo  de soltar lo que no puede ser. Cuando lo hagas tu espíritu se sentirá más ligero y tú serás más feliz.

El año está a punto de acabar. Déjalo ir pacíficamente. Deja que se lleve con él los imposibles que hasta ahora lastraban tu vida. Cree en la primavera que espera a la vuelta de la esquina y en las nuevas posibilidades que muy pronto serán reveladas.

Practica el ejercicio del Gran Frío para mejorar tu habilidad para aceptar los finales y deshacerte de las metas imposibles.

El Gran Frío terminará el próximo 4 de febrero, cuando empiece la primavera. Hasta entonces piensa en esto: a veces las decisiones más difíciles de hacer son las que nos hacen la vida más sencilla.

El ejercicio de Chi Kung que practicaremos en esta época está asociado con la vértebra L3, en las lumbares.

Empieza identificando tu cresta ilíaca, la parte más alta de tus caderas, y traza una linea recta hasta tu columna vertebral. Es vértebra es la L4 y la de arriba es la L3.

Céntrate en la L3.

Siéntate cómodamente o túmbate y relaja cada parte de tu cuerpo.

Inspira por todos los poros de tu piel, recogiendo la energía Chi del universo y concentrando esa energía en la L3. Exhala y visualiza la L3 iluminada y brillando. Repite esta respiración 36 veces.

Ahora inhala, enfocándote en la L3, exhala y visualiza la luz de la L3 esparciéndose por todo tu cuerpo, por tu columna vertebral, tus huesos y tus órganos internos. Repite 36 veces.

Finalmente inspira y recoge la luz y la energía de tu L3 en tu Dantian (recuerda, es tu centro vital localizado 3 dedos por debajo de tu ombligo en el centro de tu cuerpo). Exhala y concentra la energía en él. Repite tres veces. Después relájate y alimenta tu Chi, sintiéndote como una esponja que absorbe el agua en una gran bañera de agua atemperado.

Mantén esta sensación todo lo que quieras.

Después siéntate sobre tu tobillo derecho (puedes utilizar un cojín por debajo para no hacerte daño) y estira la pierna izquierda. Pon las manos apoyadas en el suelo a tu espalda, a unos quince o 20 centímetros de tu pie y a cada lado del cuerpo.

Inspira y eleva las caderas, mientras tu pie derecho se mantiene doblado debajo de tu trasero, enderezando tu cuerpo y mirando hacia arriba, hacia el cielo, y suelta el aire.

Vuelve a la ubicación sentado y repite 36 veces.

Después cambia la ubicación de los pies. Es decir, siéntate sobre tu pie izquierdo y estira la pierna derecha, apoyándote con las manos en el suelo.

Inspira y eleva las caderas, enderezando tu cuerpo y mirando hacia arriba, hacia el cielo, y suelta el aire.

Mueve la lengua por la boca hasta que tu boca esté llena de saliva. Después traga toda esa saliva y envía la energía de tu saliva hacia abajo, a tu Dantian. Repítelo tres veces.

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