El ser humano es social por naturaleza. Necesita relacionarse con otros. Sin embargo, a veces hay que cortar nuestras relaciones con los demás. Puede ser que dejemos a nuestra pareja porque ya no somos felices a su lado o puede ser que discutamos con un amigo y no lleguemos a solucionar nuestras diferencias.
Esos momentos de ruptura suelen ser duros. Afrontar el repentino final de una amistad y/o relación que pensaron que era sólidas nunca es fácil. Algunos expertos denominan este tipo de escenarios como el “golpe de timón”.
Su Yo Superior ve que esa relación, no marcha a favor de su mejor interés, probablemente porque contenga elementos de dependencia propios de la vieja energía u otros que estén impidiéndoles regresar a la plena expresión de quienes ustedes son.
Esto es particularmente difícil porque a menudo hay implicado en ello un amor real, y el fin de la relación puede ser verdaderamente traumático, ocasionando un profundo dolor. De nuevo, lo único en lo que pueden confiar es en que este “golpe de timón” fue necesario y en que van a ser conducidos hacia algo mucho mejor.
Esto puede llevar algún tiempo, ya que van a tener que establecer modelos de relación nuevos y más sanos antes de que puedan alcanzar la clase de relaciones que desean. Esto encierra una verdad que sirve tanto para relaciones románticas como amistosas. Así pues, entréguense al proceso, acepten lo que está pasando e intenten no caer en culpas ni enojos. Traten de seguir adelante.No saben lo que el futuro les aguarda. No se queden atascados en el dolor, el sufrimiento y la autocompasión.
Daniel Cipolat