«Gran descanso es estar libre de culpa. ” Marco Tulio Cicerón
En nuestra cultura, la culpa es un sentimiento que se experimenta muy comúnmente, genera agobio emocional e incomodidad debido a la conciencia de haber realizado acciones causantes de daño a alguien mas.
Desde un punto de vista cognitivo, la culpa es una emoción que experimentan las personas porque están convencidos de que han causado daño. En la teoría cognitiva, los pensamientos causan las emociones, la culpa se desprende de la idea de ser responsables de la desgracia de alguien mas. Puede darse el caso de personas que sientan constantemente culpa injustificada debido a la malinterpretación sobre sus acciones, estas personas suelen sufrir mucho y sentirse culpables constantemente sin razones reales o sin tener culpa real de lo sucedido, en estos casos, los sentimientos de culpa resultan disfuncionales.
La culpa puede tener beneficios como proteger nuestras relaciones. Los sentimientos de culpabilidad se producen sobre todo en las relaciones con los demás, así que es como una alarma para que identifiquemos cual es la acción correcta que debemos realizar y por lo tanto ayuda a mantener buenas relaciones con los demás.
Según estadísticas, a la semana experimentamos de 3 a 10 horas de sentimientos de culpa, esta puede reducirse mediante acciones, pero si no se reduce, se vuelve como una alarma que no se apaga y genera incomodidad, impide concentración y tranquilidad, por eso se recomienda realizar acciones que resuelvan estos sentimientos, por ejemplo pedir disculpas, aunque esto parezca muy simple, no siempre lo es, pues es importante saber como disculparse de manera asertiva.
Hay muchos tipos de culpa, podemos sentirnos culpables por algo que hemos hecho, por algo que quisimos hacer y no pudimos, por algo que creímos que hicimos, por no haber ayudado lo suficiente a alguien, por fallar a nuestros códigos morales, o por estar mejor que otras personas.
Una desventaja de la culpa, es que evita pensar con claridad, pues gran parte de nuestra atención puede centrarse en ésta en vez de centrarse en las demás exigencias de la vida. Además la culpa genera en algunas personas impulsos autodestructivos, pues puede tener un efecto de búsqueda de auto-castigos para liberar la sensación de remordimiento.
La culpa tiene el efecto negativo de generar alejamiento hacia las personas a las que se ha dañado, pues el estar cerca de éstas funciona como un recordatorio, también se puede dar el alejamiento hacia escenarios en donde se hayan realizado acciones que nos hayan hecho sentir culpables.
Para reducir los sentimientos de culpa, es importante aceptar el hecho de que realizamos determinada acción que ya sucedió, pedir disculpas y encontrar la manera de evitar cometer el mismo acto en el futuro. Debido a nuestra tendencia natural hacia el egocentrismo, suponemos que otros ponen más importancia en nuestros pensamientos y acciones de lo que lo hacen realmente, así que tampoco debemos ser demasiado severos con nosotros mismos.
En la terapia cognitiva, el tratamiento para las personas con sentimientos crónicos de culpabilidad injustificada, a menudo consiste en enseñar a la gente a deshacerse de sus “pensamientos automáticos” de que han causado sufrimiento a otros, también se les enseña a reconocer sus “actitudes disfuncionales” para que reconozcan cuando están pasando por este tipo de procesos mentales como el catastrofismo o generalizar demasiado.
Es importante aprender de nuestros comportamientos y usar la culpa para aprender de la experiencia, la idea es ser menos propensos a incurrir en las mismas acciones en un futuro. Así la culpa puede servirnos para corregir errores y aprender a modificar ciertos comportamientos para sentirnos mas cómodos con nosotros mismos.
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