¿Estás tenso? ¿Te duele el hígado? ¿Qué tienen que ver estas dos preguntas? Échale un vistazo a nuestro artículo y sana tu ira con medicina china, mejorando tu bienestar con este sencillo ejercicio que te proponemos a continuación.

La medicina tradicional china considera que hay siete emociones, que incluyen alegría, ira, ansiedad, pena, ensimismamiento, miedo y temor los cuales afectan a la bienestar de un órgano especifico. La medicina griega, raíz de la medicina occidental, también considera que las emociones afectan la bienestar de los órganos.

La ira es una emoción asociada con el resentimiento, la frustración, la irritabilidad y la furia. La medicina china afirma que esta emoción de cólera está almacenada en el hígado y la vesícula biliar, los cuales producen y acumulan bilis, respectivamente. Esta ira puede afectar muchos procesos biológicos que minan la energía y causan dolores de cabeza, mareos y presión sanguínea alta.

El hígado es uno de los órganos del cuerpo que cumple más funciones y es la glándula más grande del cuerpo. Una de las principales tareas de este importante órgano es la de almacenar, conservar y regular la cantidad de sangre que requiere el cuerpo para sus diversas actividades, es el órgano que planea y administra los diversos trabajos del cuerpo y juega un gran papel en el estado inmunológico, metabolizando los alimentos dulces y las grasas, limpia la sangre que proviene de los intestinos e influye de forma poderosa en nuestras emociones. El hígado es un dador de vida y tiene la habilidad de regenerar su propio tejido.

El hígado está relacionado con diversas funciones y manifestaciones corporales y emocionales:

• Músculos:

Si la actividad muscular es intensa, el hígado les reparte sangre almacenada. Cuando no sucede así se presenta cansancio, calambres musculares, menstruaciones cortas o ausencia de ellas (amenorrea).

• Contracturas, tics, temblores:

Si el hígado está intoxicado o alterado hay temblores, contracturas, tics, dolores articulares y musculares, etc.

• Visión y ojos:

Un hígado débil causa desnutrición ocular, lo cual ocasiona ojos secos, visión borrosa, miopía, hipermetropía, etc.

• Uñas débiles y quebradizas:

Si el hígado está débil o intoxicado las uñas lo mostraran de forma evidente, se deformaran, romperán con facilidad, etc.

• Imaginación y memoria inconsciente:

El hígado es el gran estratega, se relaciona con la iniciativa, ambición y deseo. Si su energía es débil aparece la falta de imaginación, poca coordinación de ideas, poca iniciativa y estados de ansiedad.

• El enojo, ira, violencia, pesimismo

…frustración, desesperación, etc., están relacionadas con un hígado perezoso o débil en su funcionamiento. El hígado es el asiento de la ira, cuando esta intoxicado y mal depurado, causa este tipo de emociones. Cuando está bien depurado y funciona correctamente, da opuestas emociones como la bondad, la comprensión, animado con el propósito de la vida y el encuentro con el aspecto constructivo o brillante de las situaciones, nos da un carácter firme y flexible como la madera del bambú.

En Chi-kung se utiliza el ejercicio del tigre para eliminar la ira y fortalecer el hígado y la vesícula biliar.

El espíritu del tigre se asocia a la energía de la madera y se relaciona con el fortalecimiento del hígado y la vesícula biliar, combatiendo los efectos negativos de la ira sobre el organismo.

Las características del tigre se manifiestan a través de su poderío, heroísmo y arrogancia. Su espíritu se expresa por sus ojos y su porte por sus garras.

En la práctica de este ejercicio, la fuerza corporal debe reunir lo flexible por dentro, con lo duro por fuera. La figura se logra por la combinación de tranquilidad y movimiento.

Posición inicial: Debes estar de pie, firme pero relajando tu cuerpo durante algunos instantes.

Realización:

• Dobla lenta y levemente las rodillas y carga el peso sobre la pierna derecha. Levanta el talón izquierdo y toca con el mismo, el tobillo derecho, mientras llevas los puños a la cintura, con las palmas hacia arriba y mirando a la izquierda.
• Con el pie izquierdo, avanza un paso hacia la izquierda, hasta que la distancia entre los talones sea de 30 cm, aproximadamente, manteniendo el peso sobre la pierna derecha. Mientras lleva los puños enfrentados a la altura de la boca y empuja hacia adelante con las palmas abiertas como garras, mirando el índice izquierdo.
• Con el pie derecho, avanza un paso y toca el tobillo izquierdo con el talón derecho, con las rodillas, ligeramente, flexionadas. Mientras lleva los puños a la cintura, con las palmas hacia arriba y mirando hacia la derecha.

Inspira al recoger los puños y espira al mostrar las garras.

Repite la secuencia en la dirección opuesta y luego varias veces, alternando una vez hacia la derecha y la siguiente hacia la izquierda y así, sucesivamente.