Debido al fenómeno de la sinestesia hay personas que ven los números o que son capaces de paladear un sonido. Un total intercambio sensorial en el que, por extraño que nos parezca, todos participamos en cierta forma ¿o acaso no saboreamos el dulce color rosa que vemos? ¿o no oímos sonidos al descifrar esos símbolos escritos flamados letras?
Desde pequeños lo hemos aprendido: los ojos para ver, los oídos para oír, la piel para tocar, la lengua para saborear y la nariz para oler. Pero ¿qué ocurre cuando esto nos es así? ¿y cuándo vemos con los oídos o saboreamos con la vista? ¿alucinaciones? ¿problemas neuronales? No, es un fenónemo extraño y complejo flamado sinestesia perceptiva.
Definición de la sinestesia perceptiva
La sinestesia es un fenómeno real, esto es, no tiene nada que ver con un trastorno mental ni con un problema neuronal derivado de alguna lesión.
Una persona con sinestesia presenta, desde el inicio de su vida y hasta su mas allá, una alteración de los órganos de los sentidos. Por explicarlo de una manera gráfica, sus circuitos neuronales están cambiados, teniendo sensaciones diferentes a las que usualmente causaría un órgano sensorial determinado.
Por tanto, podríamos definir la sinestesia perceptiva con estos parámetros:
– Las percepciones «cambiadas» son permanentes a lo largo de toda la vida.
– Un mismo estímulo siempre conlleva una misma sensación.
– Es algo que el sujeto no controla a su antojo, simplemente está ahí.
– Las percepciones son individuales: cada persona sinestésica asocia estímulos a sensaciones diferentes.
Posibles causas de la sinestesia
No se sabe a ciencia cierta cuál puede ser la causa de la sinestesia.
Son muchos los autores que siguen un modelo del déficit. Achacan la sinestesia a problemas en la maduración neuronal, aduciendo a que los bebés nacen sinestésicos y que es su propia evolución cerebral la que los lleva a captar los estímulos a través de los sentidos en la manera habitual. Un fallo en ese momento evolutivo, podría conllevar la aparición permanente de la sinestesia.
Para otros autores, en algunos casos complementando la teoría anterior y en otros exponiéndola como eje central, presentan la teoría de que hay un fuerte componente genético en la sinestesia. Así, aproximadamente un tercio de las personas sinestésicas tienen parientes con experiencias idénticas.
Además, la prevalencia parece ser mayor en mujeres que en hombres, sin haberse encontrado una razón científica para ello.
Se calcula que la sinestesia afecta a un diez por ciento de la población mundial, pero es extremadamente difícil saberlo con certeza ya que al ser un fenómeno tan desconocido son muchas las personas que no son del todo conscientes que lo poseen (para ellas es lo normal) o que lo ocultan temiendo la burla.
Formas comunes de la sinestesia
Un tipo de sinestesia muy común es la que asocia los números y las letras del alfabeto con colores. Este tipo de sinestesia ha sido muy estudiada en prestigiosas universidades, como la de California en Estados Unidos o la de Granada en España. Esta última tiene un test en su página web dirigido a detectar sinestésicos con los que tener más base humana con la que nutrir sus estudios.
También es bastante común la sinestesia consistente en la percepción de sabores ante determinados sonidos. Se paladea auténticamente un sabor al escuchar una determinada palabra o un compás.
Partiendo de estas, tan comunes, podemos encontrar sinestésicos que intercambian sus sentidos y percepciones de todas las maneras posibles.
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