Transformar el conjunto de creencias sobre nuestra identidad amorosa.

Aquí tenemos nuestra principal barrera para el amor. Las creencias que tenemos sobre nosotros mismos, nuestra valía, nuestro derecho a amar y ser amado, nuestra capacidad de atracción, nuestras creencias sobre los hombres y las mujeres, sobre lo que sienten los demás hacia nosotros, si nos sentimos dignos de ser elegido o no por los otros. Todas estas opiniones juegan un papel importante en lo que estamos atrayendo a nosotros ¿creemos que la vida nos apoya y somos bendecidos por el amor o que pesa sobre nosotros una terrible maldición en este aspecto?

Las creencias más comunes son:

• Estoy solo, invariablemente, lo quiera o no.

• Los hombres siempre me dejan

• Los hombres siempre me decepcionan

• Siempre me mienten

• Las mujeres no me quieren

• El matrimonio es una trampa

• Las relaciones nunca duran

• El amor es imprevisible y peligroso

Posiblemente, estas creencias tomaron ubicación en el inconsciente a traes de las experiencias vividas en la infancia o incluso en vidas antes de esta vida. Cuando acuden al centro de Estudios superiores de Terapia Regresiva personas quejándose de no tener amor, se les pide que anoten todas las cualidades que les son naturales y desarrollan en lo referente a carrera, dinero, bienestar, amistad. Estas serían sus áreas de poder en las que se tiene derecho a que estas cosas sucedan y se faciliten de manera fluida y sana. Son los pilares de la identidad interior.

Cuando existe una trabaja son las áreas en las que se está intentando crear algo ajeno al sentido básico y creencias.

Se puede pensar que se esta sola o solo, que siempre nos dejan, que la vida no ayuda a tener amor. Estas creencias forman un cuerpo básico energético y, de esta manera, no importa cuanto luches y te esfuerces, siempre estarás de vuelta a este núcleo de base, tropezando con la misma piedra. Sólo conociendo el origen de estas creencias se puede llegar a ser libre de ellas y no seguir generando más de la misma historia.

Imaginemos conocer a una persona y que inmediatamente sentimos una gran conexión con ella. Además, súbitamente nos flama en un día o dos.

Puede que esta persona se acerque con un interés sincero y que esté pensando en pedir una relación exclusiva y seria. Pero usted lo experimenta interiormente e inconscientmente con pavor, se cierra a toda posibilidad y le envía un mensaje diciéndole que no quiere volver a verle nuca más. Usted finaliza la relación, aún antes de empezar y refuerza la evidencia inconsciente de su cuerpo de creencias sobre que la vida no le facilita el amor.

Por eso en necesario este tercer paso y transformar el conjunto de creencias sobre nuestra identidad amorosa. Con este paso no se trata de limpiar todos nuestros problemas, sino de identificar y cambiar el sentido básico de lo que somos, similar de pasar de un mundo interior en blanco y negro a uno nuevo en color.

Para cambiar es necesario reconocer y afrontar la propia historia y distinguir lo que es verdadero y cierto.

• Yo nací para amar y ser amado

• Soy capaz de crear amor en mi vida

• Está en mi destino rodearme de personas amadas

Identificar el núcleo central desde el cual surgen todas nuestras opiniones y opciones. Limpiar el cristal a través del cual nos relacionamos con los demás es importante y este cristal sólo lo podemos limpiar desde dentro. Cuando cambiamos, sentimos que los demás comienzan a responder de otra manera, ya que son el espejo de nuestras verdades interiores y las podemos ver claramente y sin las interferencias de las creencias negativas que habíamos tenido profundamente asentadas.

Y así podríamos pasar al siguiente paso que trataremos próximamente: Convertirnos en imán que causa y acerca amor.