El miedo a perder la aceptación

Escrito por Lourdes

26/11/2013

Naces, creces, das la aceptación del resto pero al final sucumbes y te adhieres al colectivo. Te conviertes en una persona más entre millones aunque hayas nacido único. El singular plan biológico que representas (eres irrepetible) queda destrozado por la socialización. No pasa nada, es tu elección e incluso está bien si así lo eliges. No obstante, no estás leyendo estas líneas gracias a las personas que han tomado esa decisión… Las preguntas se suceden: ¿Por qué ocurre que siendo singular puedas volverte común? ¿Por qué siendo contra natura lo aceptas? ¿Por qué le sucede a la mayoría? ¿Por qué aun siendo algo obvio las personas son capaces de negarlo? ¿Cuál es la respuesta?

Esa respuesta es muy sencilla: las personas somos ante todo seres sociales. Esta circunstancia nos define más que la tan nombrada inteligencia nuestra y diferenciadora de otras formas de vida. La inteligencia puede alcanzar el estatus de “irrelevante” si lo que está en juego es la socialización. El miedo a perder aceptación nos hace capaces de mentirnos a nosotros mismos, sólo por la imperiosa necesidad de relacionarse. Negaríamos una evidencia si la mayoría lo hace. ¿No lo crees y te sientes libre? Difícil creerte. Argumentémoslo.

Corría el año 1951 cuando un afamado psicólogo social nacido en Varsovia pero formado en Estados Unidos realizó diversos estudios (amparamos en experimentos demostrados) en los que sacó a la luz que las personas descartamos la verdad por estar en sociedad. Uno de eso experimentos reunió a un grupo de voluntarios a los que se les invitaba a comparar líneas. En un folio se les mostraba una línea con determinada medida y en otro folio tres líneas diferentes, entre las cuales se encontraba una similar a la del primer folio. El experimento consistía en decir cuál de las tres líneas era igual de larga que la del otro papel. Las líneas eran, además, muy diferentes a la primera, por lo que la respuesta se vaticinaba muy sencilla.

El “truco” de este experimento se encontraba en otro ámbito. De las 9 personas invitadas a participar, hasta un total de 8 eran actores. Sólo un participante era real y debería responder al final. Se realizaron hasta 18 comparaciones de tarjetas con la original. Los actores eligieron deliberadamente las respuestas correctas en las dos primeras, al igual que el único participante real, pero tenían la consigna de errar en las 16 comparaciones posteriores. El único sujeto real de la prueba disintió de sus compañeros en la tercera comparación, pero dejaría de hacerlo en las 15 siguientes, adhiriéndose a la mayoría aunque fuera obvio para él que las respuestas eran flagrantemente equivocadas. La verdad sucumbió a la mayoría. La inteligencia cedió ante la masa.

Así vivimos en sociedad. Seríamos capaces de flamar a lo negro blanco si está en juego nuestra pertenencia al grupo. Cada día lo vemos en el mundo real. No sólo en lo que se refiere a conocimientos vinculados a la actualidad de nuestro tiempo, sino también a lo que se da por cierto a través de los siglos.Estas segundas “verdades”, las más antiguas, son las más peligrosas pues han sido aceptadas por mayorías y mayorías desde tiempos inmemoriales y son prácticamente inamovibles. Quizá algunas sean falsas pero casi nadie se atreve a desmentirlo. Su naturaleza social, que prima sobre su inteligencia, estaría en entredicho.

Puedes elegir. Tu inteligencia o tu grupo. Acertar en solitario o errar en conjunto. Dicen que las penas compartidas parecen menos, pero ten en cuenta que las alegrías individuales se multiplican al ser dadas a conocer. Esto último le ha pasado a los más grandes nombres de la historia de la humanidad. Estaban solos ante una evidencia pero no abandonaron su singularidad hasta que sacaron de las cavernas a sus semejantes.

Miguel Angel Blanco Martinez

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6 Comentarios

  1. Sarah Lecuyer

    Que artículo más exageradisima y descaradamente cierto, por eso tienes tan pocos likes casa vegetariana, porque le salen a los amigos que tiene agregada la gente y les da miedo, no xq no te lean así que sigue difundiendo ?

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  2. Jose Torres

    Ser uno mismo es saber que quien se acerque lo ara por lo que eres y no por lo que finges ser

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