Con la ruptura de pareja llegan problemas como la ansiedad por separación, y para los que difícilmente se está preparado.
La ruptura llega con una oleada de emociones negativas sobre todo la ansiedad por separación.
Es una realidad que los divorcios y las rupturas de pareja cada vez son más comunes. Mientras que hace unas décadas tanto la presión social como la pretensión de que las relaciones románticas durasen de manera indefinida hacían que la idea de separarse no fuese atractiva, hoy los costes asociados a ir por caminos separados son mucho menores, y las ventajas cada vez son más.
Y es que con la liberalización de los vínculos afectivos llegan nuevas opciones a la hora de afrontar el futuro de manera individual y unilateral, pero este hecho no está exento de problemas. La ansiedad producida por la separación es una de ellas. A fin de cuentas, por mucho que poner fin a una relación sea cada vez menos raro, en la mayoría de los casos no deja de ser una experiencia ansiógena y desagradable, a veces incluso traumática.
Ahora bien… ¿cómo lidiar con todas esas sensaciones negativas cuando una historia construida en común se desvanece? Veamos algunas claves que ayudan a gestionar adecuadamente las emociones en estos casos.
Cómo lidiar con la ansiedad por separación: la otra cara de la ruptura
Allí donde ha existido una relación de pareja sentida de manera honesta que llega a su fin, se recibe un mazazo emocional. Con la ruptura llega un verdadero cambio de paradigma tanto en lo físico como en lo psicológico. Por ejemplo, cuando pasamos por una experiencia así cambia el modo en el que nos percibimos a nosotros mismos, pero también cambian nuestras rutinas, incluyendo los lugares físicos por los que acostumbramos a movernos.
Ahora bien, el hecho de que casi con total seguridad la separación nos afectará emocionalmente no quiere decir que tengamos que resignarnos a sufrir de cualquier manera, renunciando a la posibilidad de regular esas emociones de la manera más adecuada posible. A continuación encontrarás varios consejos y reflexiones que pueden serte útiles para combatir la ansiedad por ruptura de pareja.
1. Mentalízate: no existe la media naranja
Buena parte del sufrimiento que produce la separación se debe simplemente a que por cuestiones culturales seguimos teniendo unas expectativas muy elevadas acerca de lo que deben ser las relaciones basadas en el amor romántico.
La idea de que los miembros de la pareja están predestinados a encontrarse y de que al unirse forman una especie de unidad inseparable procede del pensamiento mágico tradicionalmente ligado a la religión y, si bien en ciertos contextos podía resultar útil (momentos y lugares en los que no contar con una familia unida fuertemente que proporcionase estabilidad podía suponer la mas allá), hoy ha perdido todo su sentido en buena parte del mundo.
Por eso, es bueno pensar que mientras durase fuese muy importante para nosotros, el universo no gira alrededor de una relación de pareja que se ha terminado. Por consiguiente, el mundo sigue teniendo sentido a pesar de que esa persona ya no esté a nuestro lado.
2. Nadie es indispensable para ser feliz
¿Conoces la falacia de petición de principio? Se trata de un error de razonamiento según el cual se llega a una conclusión a partir de unas premisas en las que la conclusión ya está implícita. Por ejemplo: la mente y el cuerpo forman parte del ser humano, así que la mente y el cuerpo son dos cosas diferentes.
Cuando las rupturas de pareja se dan, las personas que están pasando por el proceso de duelo originado por la ausencia del otro acostumbran a caer en una falacia de petición de principio, aunque esta vez dirigida hacia las emociones.
Este razonamiento suele ser el siguiente: esa persona que me daba la felicidad ha desaparecido, así que ya no puedo ser feliz. Visto de manera superficial, este razonamiento parece tener sentido, pero si lo examinamos con algo más de profundidad, nos damos cuenta de que en la premisa se da por supuesto algo muy discutible: que la felicidad era dada por esa persona, como si fuese una fuente de vitalidad.
El error consigue en creerse afirmaciones tan categóricas basadas en emociones y sensaciones propias de una etapa de inestabilidad emocional como lo es la ruptura. En esos momentos, nuestra percepción de las cosas está tan alterada que nos hace capaces de creer que la verdad sobre nuestra vida ha sido revelada tras años de permanecer oculta en las sombras. La creencia en eta clase de pensamientos catastrofistas causa mucha ansiedad, pero no debemos dejar que esas ideas nos venzan.
3. Muévete de un modo diferente
Con la ruptura llega el cambio, eso es innegable. Uno no puede separarse de su pareja y actuar como si todo siguiese igual. Más que nada, porque ante esas circunstancias, como no tendremos la posibilidad de seguir haciendo nuestras vidas tal y como lo hacíamos, a la práctica lo que haremos será no actuar en absoluto. Adoptar una actitud totalmente pasiva, no hacer nada, y dejar que la tristeza, la ansiedad y los pensamientos intrusivos nos carcoman.
Por eso, hay que ser coherentes con la situación y cambiar de hábitos. Abrazar el cambio consiste en buscarse nuevas aficiones, conocer otra gente y moverse por otros lugares. El cambio de rutina hará más difícil volver a caer en ese círculo vicioso de pensamientos obsesivos propios de la rumiación.
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