Hoy vamos a hacer el ejercicio jugar al barco sobre un lago.
Este ejercicio es beneficioso para los riñones, los bronquios, los brazos, el sistema digestivo y la fatiga física.
Ya hemos visto anteriormente cómo los riñones se encargan de limpiar nuestra sangre y nos hablan de los miedos a no ser capaces de tomar nuestras propias decisiones. Cuando nuestros riñones nos dan problemas es porque creemos que no somos capaces de diferenciar lo que es bueno y malo para nosotros y preferimos fiarnos del criterio de los demás, sintiéndonos frustrados cuando, naturalmente, los demás no aciertan con lo que más nos conviene. Los riñones son el centro del miedo.
Los bronquios se relacionan con la familia, y sobre ello hablaremos en próximos ejercicios desarrollándolo más ampliamente, como se merece.
Los brazos representan nuestra capacidad de abrazar y enfrentarnos a las nuevas experiencias. También cuando tomamos algo o abrazamos a nuestros series queridos. Cuando tenemos problemas en los brazos algo interfiere en nuestra capacidad de dar y tomar la vida y el afecto de los demás.
El estómago nos habla directamente de nuestra capacidad para digerir la vida y a los que nos rodean. Todos los problemas del estómago se relacionan en forma directa con la dificultad para aceptar o digerir a una persona o a un acontecimiento. La persona que los padece manifiesta intolerancia y temor ante lo que no es de su agrado. Se resiste a las ideas nuevas, sobre todo a las que no proceden de ella. Tiene dificultad para adaptarse a alguien o a algo que va contra sus planes, sus hábitos y su manera de vivir. Tiene un crítico interior muy fuerte que le impide ceder y dejar hablar a su corazón, al cual no quiere aceptar incondicionalmente. Es posible que también se acuse a sí misma de falta de audacia.
Pero en este caso nos vamos a centrar en los problemas de fatiga y en las personas que se sienten fatigadas.
La definición siguiente se refiere a una persona que se siente cansada muy a menudo o siempre, sin razón aparente, que experimenta una sensación de laxitud, de falta de energía y falta de fuerza muscular.
A esta persona le falta una meta concreta en su vida. Para alimentar el cuerpo emocional, todo ser humano requiere experimentar deseos. Una meta es el deseo de realizar algo concreto en el «hacer» o en el «tener». Nuestro cuerpo emocional o cuerpo de deseos está contento cuando tenemos al menos una meta a corto plazo, una a mediano plazo y otra a largo plazo. En lugar de actuar para realizar tus metas, la persona fatigada está demasiado agarrada de sus pensamientos llenos de preocupaciones y temores, que la bloquean y consumen su energía.
Si padeces este problema, es muy posible que creas que no mereces algunas cosas o tal vez te tomes la vida extremadamente en serio. Tu actividad mental ocupa demasiado lugar en comparación con tu actividad física. Comienza por apreciar todo lo que tienes en tu vida presente y dedica un tiempo a sentir lo que te resulte agradable en el momento. Después, haz una lista de lo que te gustaría hacer y elabora un plan concreto para realizarlo.
No es importante cuánto tiempo te lleve; lo que importa es que alimentes a tu cuerpo de deseos, sabiendo que esto te dará la alegría de vivir. Puede ser normal experimentar una gran fatiga después de la resolución de un conflicto importante. También puede ser el principio de un estado de agotamiento.
El ejercicio de jugar al barco sobre un lago está relacionado con nuestra capacidad de relacionarnos con la vida y nuestras metas. Nos movemos para ejercitar todas las facultades que nos permiten buscar un lugar y una meta en la vida.
Para jugar al barco sobre un lago haz la siguiente secuencia de movimientos:
Empieza elevando las manos sobre la cabeza. Lleva ambos brazos hacia atrás, con las palmas hacia atrás e inspira. Eleva el cuerpo y lleva los brazos bien extendidos por encima de la cabeza con codos levemente flexionados y palmas hacia adelante.
Después lleva los brazos nuevamente hacia los lados. Expulsa el aire y con los dedos hacia arriba levemente flexionados baja el cuerpo. Mantén las rodillas levemente flexionadas. Baja los brazos hacia los muslos con las palmas hacia atrás.
Durante todo el movimiento los brazos van formando un círculo grande continuo mientras flexionas y estiras las piernas. Las piernas están flexionadas cuando las manos dibujan la parte inferior del círculo y estiradas cuando dibujan la parte superior.
Imagínate empujando un góndola con un par de pértigas y podrás visualizar fácilmente el ejercicio.
Repite 6 veces.
Y ahora piensa ¿a dónde quieres llegar?
Gracias, lo probare y estare atenta a los cambios.