El Método de Alimentación Emocional TRCD aporta una novedosa visión al tema de los alimentos.

La conciencia de las funciones emocionales de los alimentos y su conexión con las diferentes zonas corporales, nos ayudan a ver a la alimentación como una herramienta fundamental para mejorar nuestra bienestar física y emocional y mejorar nuestra calidad de vida.

¿En qué consiste esta nueva forma de considerar la comida?

Consideramos que nuestro cuerpo físico es la globalización de tres aspectos básicos que le dan sus características de estructura, movimiento y funciones. Estos tres aspectos son: materia, energía y emoción.

El cuerpo físico es materia y es energía. Esta característica es la más tangible de todas: es lo que vemos, lo que tocamos, lo que sentimos en cada momento de nuestras vidas. Es el movimiento corporal, mantener la temperatura del cuerpo, tenerlo a punto para que haga todas las funciones que, como seres humanos, requieremos para llevar a cabo nuestras tareas y complementar nuestras necesidades de crecimiento y evolución.

La alimentación, desde esta perspectiva, contribuye a mantener la estructura física corporal y el aporte de energía necesaria con los principios nutritivos esenciales para ello: grasas, proteínas, glúcidos, vitaminas, minerales, agua, etc.

Estos son los aspectos que se conocen desde la antigüedad y es lo que se maneja a la hora de elegir los alimentos, ya sea para tratar diferentes alteraciones o disfunciónes como para aumentar o disminuir la masa corporal, teniendo muy en cuenta, en este último caso, el número de calorías que se aporta con la alimentación.

Vamos a ver, a continuación, cómo la emoción, que es el tercer aspecto fundamental de nuestro cuerpo físico, está influída por la alimentación.

Específicamente, las piernas nos dan seguridad y movimiento; los brazos nos ayudan a concretar nuestros proyectos, a transmitir afectividad, a pedir y a dar.

Espalda: la espalda es nuestra base. Su función emocional viene dada porque contiene el ADN emocional, que es el programa emocional que tenemos que desarrollar para crecer y construir un cuerpo real, que plasmará la sabiduría conseguida a través del aprendizaje de nuestra vida.

Como podemos ver, cada vértebra vibra en un color y tiene un tema emocional. Además hay una edad que es a la que se activa el tema emocional que el individuo tiene que vivir y aprender para solucionarlo: la madre, el movimiento, la escuela. el padre, los hermanos… Y la zona corporal correspondiente por el color y la función emocional, será la encargada de resolver el conflicto porque tiene la capacidad energética y emocional para ello.

La mente: no está recogida en el dibujo pero es la encargada de registrar lo que vamos viviendo. Lo que se resuelve, ayuda a tener una mente positiva y en futuro. Lo que queda pendiente, se queda almacenado en registros que se activan periódicamente y nos ponen frente a situaciones y personas determinadas, para que tengamos una oportunidad más de afrontar el conflicto y resolverlo.

La alimentación emocional

Una vez hecha la introducción de las bases teóricas de las correspondencias físicas, energéticas y emocionales de nuestro cuerpo, podemos entender que los alimentos no sólo alimentan, valga la redundancia, a nuestro cuerpo físico, sino que también dan sustento a nuestro cuerpo emocional.

La alimentación, desde este método, es una gran terapia emocional, sencilla y al alcance de todos. Sólo es necesario saber las bases teóricas y aplicarlas con conciencia, cada día a la confección del menú diario.

De entrada, podemos elegir los alimentos por el color y por su procedencia asociados al tema emocional que queremos trabajar.

A continuación describimos la relación entre los alimentos principales, las zonas corporales y los temas generales emocionales.

Por supuesto, la presentación que hemos hecho de la Alimentación Emocional en este artículo, es una primera aproximación al tema, pero si se empieza a poner en práctica con constancia y conciencia, día a día, es seguro que se obtendrán buenos resultados en la resolución de los conflictos trabajados mediante los alimentos.

Flor Melguizo