Todos los textos espirituales nos recuerdan el incalculable valor del aquí y ahora, de la quietud mental…pero a nuestra mente veloz no siempre le resulta tan sencillo. En este post te mostramos 7 ideas sencillas para estar presente, para recuperar nuestro aquí y ahora aunque estamos distraídos o preocupados.
Para ejercer al máximo nuestro poder creativo, para generar y aprovechar nuevas ideas y oportunidades, debemos experimentar plenamente el “aquí y ahora”, debemos vivir cada instante de manera consciente.
Cuentan los que saben que la Iluminación consiste precisamente en eso, en conseguir estar en el aquí y ahora en cada momento de nuestro día.
Pero como todos los aprendizajes bien podemos empezar por el nivel usuario, practicar en los momentos que nos sea más necesario, como situaciones de mucho estress, ansiedad…
También cuando parece que nos quedamos atrapados en el pasado, en la melancolía, en el dolor por un acontecimiento que ya pasó.
Volvamos al momento presente, recuperemos la conciencia…
Y, tal vez lo más importante, debemos responder a este momento presente con emociones positivas, apreciando todo lo bueno que nos ofrece.
Sentirse bien
En todo momento en que nos sintamos incómodos, apurados, enojados, etc., siempre podemos relajarnos por un momento, tomar distancia de lo que nos molesta, sonreír, y sentirnos aunque sea un poco mejor de lo que estábamos unos segundos antes.
Hay diferentes estudios psicológicos enfrentados entre sí, tratando de discernir si primero ocurre el sentimiento o la acción, o sea si nos sentimos felices porque reímos o reímos porque nos sentimos felices.
Lo cierto es que recordarnos sonreir es una buena terapia.
Respirar profundamente
Cuando estamos distraídos, actuando de manera mecánica, nuestra respiración es inconsciente y superficial. Respirar profundamente dos o tres veces es muy relajante y nos conecta nuevamente con el momento presente.
Es bueno para que esto sea más efectivo poner la conciencia en el acto de la respiración, no es demasiado util hacer varias respiraciones profundas mientras pensamos en lo enojados que estamos, mejor llevamos el pensamiento al acto de inspirar y expirar o al número de respiraciones que estamos realizando.
Apreciar y agradecer
En cualquier momento y lugar siempre podemos dedicar unos momentos a apreciar lo bueno que el momento presente nos ofrece. Siempre hay cosas buenas por las que expresar gratitud, por ejemplo la bienestar, el clima, la compañía, el sol, la ropa que llevamos puesta, etc. La actitud de apreciar va de la mano de la de agradecer. Y la gratitud acercará más cosas por las que sentirse agradecido.
Practicar este ejercicio a menudo nos abre el paradigma, nos reprogramamos para buscar el lado positivo y las cosas buenas que suceden a nuestro alrededor, haciendo que con el tiempo se convierta en un patrón personal.
Actuar conscientemente
Podemos llevar a cabo cualquier actividad de una manera consciente y deliberada, experimentando plenamente nuestras sensaciones corporales y nuestros movimientos.
Cuando estamos preocupados, estamos trabajando mucho con la mente en detrimento de nuestras otras cualidades, así recuperar la sensación de nuestro tacto, de nuestra corporalidad, poner allí la consciencia nos ayuda a aprender a relacionarnos mejor con nuestro cuerpo, con lo que estaremos más conectados a la hora de interpretar sus señales.
Caminar, por ejemplo, es una experiencia totalmente diferente si se hace de manera consciente. Además, experimentar plenamente lo que estamos haciendo interrumpe el desgastante diálogo interno de nuestra mente, que de otra manera no se detiene nunca.
Moverse lentamente
Continuar haciendo lo que estemos haciendo pero moviéndonos un poco más despacio nos devuelve la consciencia de nuestros movimientos y suspende el interminable flujo de los pensamientos.
Además cualquier acto que implique hacerlo de forma diferente a lo habitual ( en este caso una ralentización del movimiento) nos saca del piloto automático o lo que es lo mismo nos obliga a poner la conciencia en el acto realizado.
Quererse y cuidarse
Dirigir nuestra apreciación y gratitud hacia nosotros mismos, a cada una de nuestras cualidades y talentos, es decir amarnos a nosotros mismos, ejerce un poderoso poder transformador sobre nosotros, sobre nuestras relaciones y sobre toda nuestra realidad.
Amarse y cuidarse implica asumir la responsabilidad de que si algo nos hace daño ( como el estres) no lo queremos y por lo tanto vamos a poner remedio a ello.
Nos comprometemos con nuestro bienestar y bienestar.
Meditar
Practicar alguna técnica de meditación nos devuelve la conexión con el momento presente y suspende ese incesante diálogo interno que ocupa siempre nuestra atención.
Las técnicas de meditación/ relajación que consisten en ir poniendo la atención sobre las partes de nuestro cuerpo son doblemente efectivas porque nos traen al aquí y ahora y nos ayuda a tomar consciencia sobre nuestro estado corporal
necesario recordarlo, cuando aún no se aloja totalmente el piloto automático.
gracias.
MUY BUENO