Es poco probable aprobar un examen de tus estudios, no por el pobre número de conocimientos aprendidos, sino por la inseguridad subconsciente que se engendra. Aunque afirmes constantemente que aprobarás, tu subconsciente se contradecirá. En lo más profundo de tu subconsciencia sabes que no has estudiado, y sabes que es muy difícil mostrar conocimientos que no has interiorizado. No se trata de estudiar como un poseso, sino de notar que a medida que se estudia, se gana autoconfianza. Saber que lo que has estudiado lo plasmarás en el papel es la clave, sin caer en el error de temer a suspender.

Si tu deseo es profundo, aprobarás, pero si no has encontrado tu vocación o dudas de la utilidad de lo que estudias (como me ocurría a mi) es más posible que automáticamente tu mente cierre esa puerta y aparezca otra posibilidad, otro curso, otra carrera u otra vocación.

Tampoco debes hablar de tus sueños en un futuro, porque el futuro es algo condicionado e inexistente. Debes aceptar que “eres un ser aprobado”, que tu mente no requiere esa nota porque tú ya sabes esos conocimientos, que la evaluación es puro trámite, que no es algo que está por llegar, es algo que ya posees en tu cabeza. Visualiza tu examen aprobado, visualiza que ya tienes el éxito… Siempre en tiempo presente, sin excepción.

Aquí te damos algunos consejos que pueden ayudarte aplicar la Ley de Atracción en el ámbito de los estudios:

-Primer paso, cómo debemos estudiar.

Bien, cuando estés con tus cuadernos o tus libros abiertos a punto de leer pero sin saber por dónde empezar, te relajas, cierras los ojos y te dices a ti misma tantas veces como sea necesario:
“Estudio con facilidad y escojo los temas adecuados para sacar una nota alta“,

La afirmación puede ser tal cual, o una hecha por ti que te resulte cómoda, sencilla, y creíble, claro. Después comienza a estudiar, tranquilamente, si notas que te abrumas, repite el ejercicio; ve notándote relajada, despréndete de los nervios porque sabes que todo irá bien, miéntete si hace falta hasta que te lo creas. Entonces irás leyendo y aprendiendo lo necesario para sacar una nota alta, otra afirmación puede ser:

“Estudio con facilidad y se me queda todo cuanto estudio“,

Puede resultar redundante, pero da igual, créetelo, es verdad.

-Segundo paso, Actitud en el examen

Relájate, mente tranquila y positiva, SIEMPRE. Si muestras tu tranquilidad, estás mandando la vibración de que sabes que harás un buen examen, porque así será si tú lo quieres… Y lo piensas y actúas como tal.

Es normal encontrarte con los compañeros y que te pregunten y te comenten su nerviosismo, da igual, tú estás bien, segura, házselo saber:

“Seguro que sale bien“, “Verás qué fácil es el examen“, etc.,
además de asegurártelo mentalmente:
“Me encuentro tranquila, segura, el examen me va a salir genial“.
Una vez con el examen en la mesa, respira antes de leer las preguntas. Si te empiezas a preocupar porque crees que no te sabes alguna, ¡don’t worry! Tu subconsciente habrá acumulado probablemente más información que tu parte consciente, así que ve contestando a las preguntas con orden.

Si se te hace un follón de respuestas, temas y demás, párate, cierra los ojos o déjalos descansar en algún punto y afirmación al canto:

“Sé responder a todas las preguntas, elijo la respuesta correcta a las preguntas (o a la pregunta X)”.
Esto funciona, créeme 😉

-Tercer paso, Actitud después del examen

Pues más de lo mismo; seguridad, tranquilidad y positivismo, ¡qué te ha salido muy bien!
Visualiza la notaza que vas a obtener, siente esa emoción, pídele al Universo la nota que quieras, mejor la máxima, y confía en ti y en el Universo. O al menos en mí y en mis trucos, que están comprobados.

Que no te enturbie la espera, que da igual, tu examen está hecho y está fantástico, ya se encargarán las circunstancias de darte tu recompensa.
Y después, olvídate, vete de cañas o sal al parque, o lo que quieras; ¿qué pasa cuando sabemos que ha salido todo correctamente? Que lo dejamos de lado, vendrá solo.