La vida es un regalo, un presente que nos ha sido dado, una oportunidad de crecer que nos da nuestro Padre para realizarnos integralmente. Al llegar aquí, a esta hermosa tierra no hemos venido solos, estamos tomados de la mano de un Ser lleno de Amor que en ningún momento se distancia de nosotros.

En esta vida habitamos con alguien que nos acompaña y que posee todos los atributos para que alcancemos un perfecto desenvolvimiento, alguien que permanece todo el tiempo con nosotros, por lo tanto casi sin notarlo a cada momento nos relacionamos con un ser con el cual convivimos día y noche: nosotros mismos.

La única persona leal y verdadera con la cual podemos contar, es con aquel Ser silencioso y sabio que habita en nuestro íntimo, con ese ser que Soy Yo mismo y con quien debo establecer una relación estrecha y verdadera. Dentro de cada uno, es decir dentro de Mí Mismo, esta contenido todo lo necesario para vivir este presente, sabiendo que soy heredero de una dignidad divina que mana de las corrientes de un amoroso Creador donde fluyen la energías de Amor, manifestadas por mi Ser a cada instante.

Entonces experimento y descubro en Mi todo aquello que me lleva a progresar, enfocándome en las instrucciones de aquel Ser que jamás me abandona ni engaña, quien simultáneamente comparte conmigo cada vivencia evocando el fresco sentimiento de compasión hacia mis acciones contaminadas e inconscientes, inspirándome a vivir con esperanza y Fe.

En el momento que soy consciente de que aquí mismo y no lejos, es decir dentro de Mí, se encuentra alguien maravilloso que se manifiesta presencialmente a través de este cuerpo en los momentos buenos y malos, me permite darme cuenta que lo sagrado y lo divino está en Mi con lazos inquebrantables, para que yo pueda ser levantado cuantas veces caiga.

Existe dentro de Mi un precioso Ser que Yo Soy, del que recibo un amor incondicional, que me ama de tal forma que es inexplicable, pero ¿Qué hago yo por ese Mi Mismo que me demuestra ese Amor tan especial? No es valioso acaso que ese Ser que soy yo mismo también, merezca lo mejor que pueda brindarle, aprendiendo y mejorando con ello, cuidando de la bienestar física y mental, siendo mejor humano, abriendo mi corazón al mundo y siendo un ejemplo vivo de lo que llevo dentro, estableciendo una fiel correspondencia con el Amor que recibo.

Es importante hacer un cambio, mejorar, crecer y cuidarse a si mismo no por que lo hayan predicado muchos de los sabios que han pasado por aquí, sino por Amor a este Ser que soy yo mismo. Este es el paso que cuesta dar, pero cuando se da, cambia todo radicalmente y para bien, tan solo para vivir como Dios quiere, sanos y felices.

Cada día al despertar debemos recordar que la bendición mas grande que nos han dado, es que dentro de nosotros llevamos a un Ser Extraordinario que nos acompañará en todas nuestras actividades, a quien no le debemos fallar.