ENTENDERTE PARA QUE ME ENTIENDAS

ENTENDERTE PARA QUE ME ENTIENDAS

Escrito por Evolucion Consciente

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26/01/2016

– ¿ Cómo que te entienda, y quién me entiende a mi? Ah, no…. de eso nada…

– Si, si….ya se lo que me quieres decir, a mi me pasó justo lo mismo aquella vez que…

– Venga, que no es para tanto, seguro que al final se arregla…
– ¿ Problemas? Tú no tienes problemas… si yo te contara….

Seguro que más de una vez te has visto envuelto en alguna de estas situaciones y  coincidirás conmigo en que fuera cual fuera la intención de quién las pronunció, sentiste que no estabas siendo comprendido, quizá ni siquiera escuchado, y muy probablemente las ganas de escuchar y/o comprender a tu interlocutor se desvanecieran….

Así que lo que a priori puede parecer una concesión al otro, es un regalo para la comunicación y para ti mismo.

En realidad lo que requieremos es una comunicación empática.

Entonces ¿ sólo puedo comunicarme eficazmente con alguien que me cae bien?

Ese es uno de los errores de base cuando hablamos de empatía, equipararlo al de simpatía como oubicación a antipatía.

En la simpatía establecemos un acuerdo con el planteamiento del otro, en la antipatía todo lo contrario.

La empatía es la capacidad de percibir el mundo como lo hace el otro aunque se aleje mucho de nuestra propia percepción, de nuestra escala de valores, de nuestros principios….

Empatía no significa que esté de acuerdo con lo que haces, dices o sientes, sólo que soy capaz de entender qué es realmente lo que haces, qué es lo que dices y cómo te sientes y a un nivel superior de empatía, cuál es tu motivación para ello.

Puedes conocer más sobre la Empatía en este enlace

Si lo que requieremos es  conocer el mapa del otro, el lenguaje con el que llegar a él, la emoción que predomina en la situación, entonces, primero, tendremos que escucharle.

Escuchar para comprender Vs escuchar para responder

Existen diferentes modos de escucha en los que todos nos involucramos a menudo. Lo curioso, es que nos resulta más fácil identificarnos en el papel de no escuchados que en el de malos escuchadores, pero si hacemos un poco de autoanálisis nos daremos cuenta de que a menudo caemos en sistemas de escucha inadecuados.

Es bueno que recordemos cómo nos sentimos cuando se utiliza con nosotros un sistema u otro, y así reforzar nuestra empatía a la hora de elegir cuál utilizamos con quien nos está hablando.

Ignorar.
“Mami, hoy me he pasado la pantalla del supervideojuego, crafteandome al monstruo de las siete cabezas que se desintegra y bla,bla, bla, bla…”

¿ En cuántas como esas nos vemos envueltos a diario? ¿ Cuántas veces dejamos de escuchar a nuestro interlocutor a mitad del mensaje? ¿ Cómo nos sentimos cuando nos lo hacen a nosotros?

El ejemplo que he utilizado pertenece a mi propia experiencia así que os diré la forma en la que trato de resolverlo.

Cuando mi hijo empieza a contarme sus “épicas aventuras” en los videojuegos, y veo que mi atención comienza a dispersarse, simplemente le paro, le digo que sé que para él es importante, pero que no lo es tanto para mí y que me cuesta mucho mantener mi atención en ello tanto rato, así que solemos “acordar” un tiempo determinado en el que estaré escuchando lo que me cuenta.

Otro tipo de situaciones en las que solemos ignorar al otro es cuando estamos concentrados en una tarea, ya sea viendo la televisión, leyendo… Nos hablan y parece que escuchemos, pero no es real…. y luego pasa lo que pasa….” Te lo dije el otro día”…. Si no vamos a prestar atención y la cosa no es muy importante es mejor ser sincero y decir:
“- Te importa contármelo cuando acabe la película?, seguro que te escucho mejor.”

Fingir.
Yo diría que es de las más utilizadas, incluso cuando el que la práctica no es consciente de ello.

Fingimos escuchar al otro cuando no es, ni más ni menos, que una forma de salir del paso o de esperar el silencio adecuado para “hablar de nuestro libro”, pero no estamos en absoluto interesados en los que nos cuenta el otro, y sabemos, porque muchas veces estamos “al otro lado” que eso se percibe….

Escucha selectiva.
Escuchamos sólo parte del mensaje del emisor, el trozo que nos interesa, bien sea para poder dar esa respuesta que tenemos preparada de antemano, para contar nuestra propia historia, para apoyar nuestras presuposiciones sobre la situación o sobre la otra persona, incluso para poder comenzar una discusión….

Es como si activáramos un buscador de Internet….. no escucho hasta que oigo la palabra X, y entonces contesto, según mi mapa…

La escucha selectiva es una de las mayores fuentes de conflicto interpersonal.
” – Tu dijiste…….
– Si, pero también dije……. no saques las cosas de contexto
– Sí, pero lo dijste!”

Escucha atenta.
Es la escucha más completa, si tenemos en cuenta sólo el lenguaje verbal.

Somos capaces de escuchar sin interrumpir, e incluso de recordar el discurso palabra por palabra.

Cuando utilizamos este tipo de escucha, el otro se siente escuchado, pero eso no quiere decir que se sienta comprendido.

Es como acudir a una clase sobre cualquier materia. Puedes escuchar perfectamente al profesor e incluso repetir sus palabras, pero si no has comprendido el significado sólo te servirá para sacar buena nota en un examen tipo test….

Aún así, y debido a la aridez en la que vivimos, nos sentimos profundamente agradecidos cuando alguien es capaz de escucharnos mediante la escucha atenta.

El salto cuántico….la escucha empática.
Lo que tienen en común los procesos anteriores es que, en todo momento, escuchamos, o dejamos de escuchar, desde nuestros recuerdos, nuestros significados, nuestros valores, nuestros estados emocionales…

O sea desde la simpatía o desde la antipatía…

La escucha empática requiere que utilicemos algo más que nuestros oídos, debemos emplear nuestros ojos y el corazón para percibir la realidad del otro, por lejos que esté de la nuestra.

Así que el primer paso es comprender al otro, y esta comprensión se sitúa en tres niveles:

  •  Sus experiencias. ” Lo que vive y lo que hace”
  • Sus comportamientos. ” Cómo actúa”
  • Sus emociones. ” Lo que siente”.

Ahora nos toca ser comprendidos a nosotros, y la ventaja que tenemos si previamente hemos realizado la escucha empática, es que sabremos que lenguaje utiliza nuestro interlocutor tanto a nivel verbal como no verbal, sabremos a qué distancia se siente cómodo, en que tonalidades se encuentra mejor, en qué emociones se mueve….tenemos las claves para que nuestro mensaje llegue con claridad al otro además de haber generado un clima de confianza y reciprocidad.

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8 Comentarios

  1. Alicia López Álvarez

    Graias…!!!! Tu articulo me ha dado la respuesta a una pregunta que me habia hecho esta mañana…lo tendre muy en cuenta…me va a ayudar bastante 🙂

    Responder
    • Rosa Ruiz

      Suerte!

      Responder
  2. Anónimo

    Excelente!! me confieso que veces escucho selectivamente. Gracias.

    Responder

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