Parece fácil decirlo y terriblemente difícil llevarlo a la práctica. Sin embargo, justamente de eso se trata: de cambiar el speech, haciendo fácil lo difícil, para encontrar la salida.

Esta experiencia que nos resultaba tan fácil de niños, puede que se nos torne más y más difícil, con el transcurso de los años. Precisamente porque no hemos sabido trasladar la experiencia del aprendizaje a otros ámbitos, lo que nos permitiría salir reforzados de las situaciones difíciles de la vida.

En ocasiones, la gente se vuelve difícil con la edad porque olvida esta facilidad infantil para enfrentarse a los problemas y buscarles solución. Cierto es que vivimos inmersos en un mundo donde no todo es tan fácil como quisieramos. Cómo tratar con gente difícil es una asignatura en la que todos tatempera o temprano, requieremos profundizar.

Sin embargo, podemos enfrentar las dificultades, recurriendo a una guía de supervivencia para trabajar con humanos, que nos ayude a tratar con esa gente que Gini Graham Scott cataloga en su libro como «gente difícil, quejicas, sabelotodos y traidores» Esta guía de la doctora Scott es un rico repertorio de estrategias, que puedes aplicar para tratar con las personas más difíciles de tu entorno y evitar que se conviertan en un obstáculo para tus metas. Te será especialmente útil, cuando esas personas y situaciones difíciles forman parte de tu rutina laboral diaria.

En cualquier caso, ten presente que el sentido del humor es lo que caracteriza a la mayoría de las personas exitosas. Por lo que tener en cuenta este par de tips puede ser la salida para hacer fácil lo difícil:

Relájate y deja que las personas difíciles continúen lidiando con sus dificultades.
Recupera la facilidad del juego infantil y encontrarás soluciones fáciles a todos tus problemas.

Averigua cómo hacer fácil lo difícil:

Todos ellos saben que para dominar una disciplina sobre todo es necesario practicar, practicar y practicar.

Como ya dijimos anteriormente debes confiar en ti y en tus posibilidades sin limitaciones, ellos lo hacen.

El reto no es ser mejor que el de al lado, sino superarte a ti mismo, cada día un poquito más: confiar­ + practicar= mejorar= superar.

Aceptan las críticas: aquellas personas que son excepcionales en su disciplina no tienen miedo a la crítica, sólo ven en ella una oportunidad para mejorar, son capaces de transformarla en un reto.

Igual pasa con los errores que puedan cometer durante el aprendizaje, asumen que son parte del proceso y generan soluciones.

No pierden el tiempo: procrastinar no es una peculiaridad de quienes pueden presumir de ser los mejores.

Tienen un plan: elaborado con pequeñas metas que finalmente les llevan al destino decidido.

No se rinden: siempre hay una posibilidad y sueñan con ella con frecuencia. No pierden su objetivo de vista.

Saben que implicarse y comprometerse consigo mismos conlleva perder algunas cosas, lo saben y lo aceptan, porque han decidido ganar otras.

¡Vive! Todos aquellos que llegan a ser los mejores en su disciplina tienen un leitmotiv común: Viver, con el proceso o los resultados que obtienen de su trabajo. Si no te sientes motivado por ninguno de estos aspectos tal vez debas plantearte un análisis de tu situación o un cambio en tu vida.