APUNTA AL ÁGUILA

apunta al águila

Escrito por Fatima

03/02/2016

El movimiento que apunta al águila simula la tensión y disparo de una flecha a un águila imaginaria o a un halcón.
Este ejercicio mejora la respiración y las funciones circulatorias. Por el movimiento de los brazos y la extensión de los dedos índice, el ejercicio tonifica los meridianos de los pulmones y del intestino grueso.

Tonifica el Qi de los riñones y el meridiano especial dai mai que pasa por el ming men.

Equilibra la Energía Vital de los pulmones e intestino grueso, también la del corazón y la del intestino delgado. El movimiento horizontal de extensión y relajación abre y cierra la caja torácica masajeando suavemente los pulmones. La parte anterior del tórax estimula la glándula del timo.

Cuando apuntas al águila toda tu atención se centra en el movimiento de tus manos, mientras tu cuerpo se ancla a la tierra para darte un apoyo estable, para recordarte que tienes un lugar al que perteneces, un lugar que te da estabilidad, raíces y no te dejará caer.

La respiración consciente del movimiento llena de energía y vida tus pulmones, te protege contra el resfriado. Bronquitis, laringitis, sinusitis, pulmonía, neumonía y asma crónico.

La energía que equilibra tus riñones previene la rinitis alérgica, la colitis, la diarrea y el estreñimiento. Te ayuda también con el acné, eczemas, dermatitis por excesos alimentarios (azúcares y grasa) y la psoriasis.

Los pulmones son los principales órganos de la respiración, puesto que en ellos se realiza el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre (transformación de sangre venosa en sangre arterial). Por lo tanto, proporcionan oxígeno al organismo, mandan combustible a las células y eliminan el gas carbónico desechado por la combustión celular. Las dificultades que pueden surgir en los pulmones son numerosas y abarcan todos los problemas respiratorios.

Los pulmones tienen una relación directa con la vida, con el deseo de vivir y con la capacidad de vivir bien, ya que aportan oxígeno a las células, y, por lo tanto, vida al cuerpo humano. Todo problema en los pulmones indica que a la persona que lo sufre le duele vivir en ese momento. Se siente triste; ya sea que sienta desesperación o desánimo y no desee vivir, o que sienta que la asfixia una situación o una persona, lo cual le impide aspirar la vida a su gusto.

Puede sentir que no tiene el espacio necesario para moverse y librarse de una situación determinada. El miedo a morir o a ver morir a otra persona, a sufrir o ver sufrir a alguien, también afecta a los pulmones. Una persona que empieza a pensar que estaría mejor ida que viva pierde sus deseos, que son el carburante esencial del cuerpo emocional. La persona que tiene miedo a morir también tiene miedo a morir en algo y se impide pasar a lo nuevo. Cualquier cambio radical puede ahogarla e impedirle el entusiasmo necesario para pasar a otra cosa.

Como los pulmones están entre los órganos vitales más importantes del organismo, el problema que vives es un mensaje importante. Cuanto más grave sea el problema en el plano físico, más urgente es el mensaje para ti. Tu cuerpo te dice que aspires la vida a pleno pulmón, que vuelvas a sentir deseos y aprecies más la vida. Debes darte cuenta de que únicamente tú posees el poder de enfermarte, de ahogarte o de dejar que te ahogue lo que te rodea.

En lugar de dramatizar una situación, dedica un momento a ver el lado bueno de tu vida y todas las posibilidades de felicidad que pueden surgir de ella. Sólo tú puedes crear esa felicidad y esa alegría de vivir, cambiando tu actitud ante la vida. Restablece el contacto con una vida social más activa. Dedica tiempo a practicar muchas respiraciones profundas todos los días, preferentemente al aire libre; ello te ayudará a aspirar mejor la vida en los planos emocional y mental.

Es por la acción de mis dos pulmones que circula la vida en mí. Son los filtros del aire en todo mi cuerpo. Inhalo la vida y la devuelvo al Universo. Un buen funcionamiento de mis pulmones permite ventilar cada una de mis células. Es a través de mis pulmones como tomo consciencia de que “YO “existo. Un mal de existir puede por lo tanto ser reconocido por ellos y esto me permite ventilar estos sentimientos negativos que debo purificar por el amor que inhalo.

Para realizar este ejercicio empezamos doblando los brazos hacia el cuerpo a la altura del pecho, el derecho por la parte exterior. Damos un paso a la izquierda y doblamos las rodillas para adoptar la ubicación de un jinete. Giramos el torso hacia la izquierda.
Extendemos los dedos índice y pulgar de la mano izquierda y cerramos los otros dedos.

Empujamos hacia la izquierda con la mano izquierda y levantamos el codo derecho hacia la derecha; mantenemos los ojos fijos en la mano izquierda y el codo derecho a la altura del hombro. La mano derecha tensando el arco. La mirada apuntando a través del índice a lo lejos. En la mano izquierda estiramos el indice y el pulgar, esto se puede realizar con el resto de dedos plegados o estirados. Mientras desplegamos los brazos el torso va girando hacia el frente de forma que al final estamos con la mirada hacia la izquierda pero con el torso orientado al frente y vamos descendiendo hasta quedar en la ubicación del jinete.
Mantenemos derecha la parte superior del cuerpo, con los muslos paralelos al suelo. La pelvis basculada (nalgas adentro), ayuda a enderezar la columna, sin que haya flexión de las vértebras lumbares. Las rodillas no han de sobrepasar la punta de los pies, caso contrario podemos hacernos daño.

Cada cual ha de trabajar con la altura que le sea más cómoda. En la ubicación del jinete los pies han de tender a estar paralelos pero las rodillas han de estar alineadas con los mismos de forma que la pantorilla esté vertical, esto exige la intención de separarlas, como en esta ubicación es difícil mantener los pies paralelos sin dejar caer las rodillas hacia adentro, es preferible que los pies estén algo abiertos a dejar caer las rodillas.
Cuidaremos de no llevar los codos hacia atrás de la espalda pues esto cerraría los omoplatos y bloquearía el pecho.

Los beneficios de este ejercicio se relacionan con el pulmón por lo que al realizar el ejercicio buscaremos una sensación de apertura y liberación en el pecho.
Volvemos al centro mientras expulsamos el aire, con los brazos cruzados, pero esta vez el antebrazo izquierdo por fuera. Al mismo tiempo elevamos las rodillas hasta casi estirarlas. Seguimos con el ejercicio hacia la derecha, de forma simétrica.
Encadenamos varias repeticiones por la izquierda y la derecha.

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4 Comentarios

  1. marisol

    Hola,
    hay imagenes para este ajercicio por favor

    Muchas gracias

    Responder
  2. Marisol

    Hola

    Es posible que tenggan una imagen de este ejercicio?

    Muchas gracias

    Responder
  3. Anónimo

    por favor

    no muestren mi nombre

    ni direccion de correo!

    Responder
  4. Maria Isabel Quevedo

    Interesante …apuntar a lo q creemos correcto. Es los q nos lleva a la acción. Y a no estar estancados…
    Es como el agua estancada….Se pudre. Tiene q fluir todo naturalmente. Yo estoy segura.

    Responder

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