7 ERRORES QUE AFECTAN A NUESTROS HIJOS

7 ERRORES QUE AFECTAN A NUESTROS HIJOS

Escrito por Evolucion Consciente

Las publicaciones son de autores muy interesantes que hemos leído y que compartimos para el beneficio de muchas personas que requieren ayuda. Si tu eres uno de esos autores y consideras que tu articulo no debe estar en nuestro blog, por favor escríbenos y lo retiraremos sin problemas

12/05/2016

No nos cansaremos de repetirlo…¡qué difícil ser padres! Todos, cuando nos convertimos en padres o madres desearíamos que con el bebé viniera un libro de instrucciones. La buena noticia es que cada vez hay más personas centradas en la materia que nos transmiten sus descubrimientos. En el post de hoy te mostramos 7 errores que afectan a nuestros hijos aunque pensemos lo contrario.

Tim Elmore es experto en liderazgo y es un famoso autor de best-sellers sobre este campo y psicología en general.
Ha sido capaz de reconocer los errores típicos que cometen los padres en su educación.

Estos errores pueden programar a los niños, de manera inconsciente, para que sean inseguros y limitarles así sus oportunidades de ser exitosos en su vida profesional y personal.

1. No dejar que los niños tomen riesgos

En nuestro mundo, cada paso puede estar lleno de peligros y no hay nadie más preocupado por la seguridad que los padres. Los padres siempre tienen la seguridad ante todo, lo que refuerza ese miedo a perder a nuestros hijos y los rodeamos de excesivos cuidados.

Varios psicólogos europeos descubrieron que si los niños no juegan en la calle, no se hacen daño, se caen y se raspan las rodillas, de mayores sufrirán fobias.

Un niño debe caerse múltiples veces y entender que es algo completamente normal. De adolescente, debe tener conflictos con amigos y compañeros y vivir su primer amor para poder empezar a tener estabilidad emocional. Solo así podrán tener en un futuro relaciones de calidad.

Si eliminamos estos riesgos en la vida de nuestros hijos, podemos dar origen a arrogancia, insolencia y baja autoestima.

2. Ayudarles demasiado pronto

Si corremos a ayudar a nuestros hijos demasiado pronto o los rodeamos de un excesivo cuidado, les arrebatamos la posibilidad de buscar por ellos mismos la solución a situaciones complicadas. Esto ha dado pie a que la generación de jóvenes de hoy en día no ha desarrollado algunas habilidades que ya eran inherentes en los niños de generaciones pasadas.

Los niños se acostumbran fácilmente a que alguien venga a ayudarles. Crecen con la creencia de que si cometen un error o no realizan lo que deben, siempre habrá alguien que les ayude y no habrá ningún tipo de consecuencia.

En el mundo real, en el mundo de los adultos, esto no ocurre de este modo.

Si siempre vamos a socorrerlos pronto, nuestros hijos no serán aptos para tener una vida adulta.

3. Entusiasmarse con antelación

Durante la generación de los Baby-Boomers, aquellos nacidos entre 1946 y 1964, se inició un movimiento enfocado en la mejora de la autoestima.

Hacia mediados de los 80, ya se había implementado en la gran mayoría de escuelas.

Había una regla no escrita que decía que “cada niño recibía su trofeo” y esto le permitía sentirse especial. Aunque se estaba intentando promover la autoestima de los niños, investigaciones recientes han encontrado que este método de estimulación puede tener consecuencias imprevistas.

Pasado un tiempo, el niño se da cuenta de que los únicos que lo consideran especial son sus padres y empieza a dudar de su objetividad. Aunque le gusta escuchar elogios, piensa que no se ajusta a la realidad.

Este fenómeno causa que el niño aprenda a hacer trampa, a exagerar y mentir para evitar una verdad o situación incómoda. El niño no estará preparado para afrontar las dificultades de su día a día de manera adecuada.

4. Reemplazar el buen comportamiento por una sensación de culpa

Tu hijo puede estar ofuscado de vez en cuando contigo, no pasa nada. A veces, tendrá que superar adversidades y no podemos mimarlo, pues esto les impedirá superarlas por sí mismo.

No hay nada malo en decir “no” o incluso “ahora no”. De ese modo el niño aprenderá a trabajar por lo que quiere y saber lo que realmente requiere.

Si en una familia hay más de un niño, a veces los padres pueden pensar que no sería justo premiar a uno y no a los demás.

Sin embargo, debemos ser conscientes de que premiarlos a todos es imposible. Si lo hacemos, perderemos la valiosa oportunidad de enseñarles que las recompensas son solo fruto del esfuerzo y de buenas acciones.

Si la relación que tienes con tus hijos se basa en estímulos materiales, ellos no tendrán ninguna motivación interna ni amor incondicional.

5. No contarles nuestros errores pasados

A todos los hijos les llega el momento de cometer sus propios errores y esto es totalmente normal. Pero esto no significa que no debamos orientar a nuestros hijos en esas situaciones que desconocen.

Cuéntales los errores que cometiste cuando tú tenías su edad. Intenta alejarte de sermones y exageraciones en temas delicados como las drogas, el alcohol, el tabaco o el contacto fisico. Esto puede distanciarlos y que tus consejos no tengan los efectos esperados.

Nuestros hijos deben estar bien preparados para enfrentarse a situaciones desagradables y a ser totalmente responsables de sus actos, pero nunca está de más tener un consejo de alguien que les conoce y ha pasado por lo que están pasando.

Cuéntales cómo te sentías tú cuando estabas pasando por sus mismas situaciones, cómo reacciones y qué aprendiste de todo aquello.

6. Confundir intelecto y madurez

A menudo, el intelecto se interpreta como la madurez del niño y los padres pueden pensar que su hijo ya está preparado para el mundo real cuando no es así. Esto no siempre es así. Solo tenemos que observar algunos escándalos públicos de jóvenes estrellas de Hollywood o deportistas con un gran talento. No creas que tu hijo tiene talento para todo.

No tenemos ninguna regla de oro acerca de la madurez de los niños o para saber cuándo es un buen momento para cada cosa en su vida. No obstante, siempre puedes observar a los niños de la misma edad que tu hijo. Podrás ver cómo evolucionan ellos, si tienen más o menos libertad, si son más o menos autónomos.

Quizá estás frenando la independencia de tu hijo y no te has dado cuenta.

7. No predicar con el ejemplo

Si quieres que tus hijos lleven un buen estilo de vida, tú tienes que hacer igual. Tienes que dar ejemplo y llevar un estilo de vida modelo en el que tus hijos se puedan fijar.

El líder de tu familia eres tú y eres un ejemplo a seguir.

Por tanto, debes respetar las normas de convivencia y de comportamiento. Ten cuidado de tus actos, pues tus hijos te están observando desde que llegaron a este mundo.

Si no actúas según tus propias normas, tus hijos verán que no hay nada malo si ellos hacen lo mismo. Demuestra a tus hijos que eres íntegro y consecuente con tus palabras. Muestra respeto y educación y será lo que aprendan tus hijos.

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